domingo, 6 de enero de 2008

La casa del Poeta



Ya que en estos días estamos hablando de poesía, vale la pena hablar de una antología que ha lanzado la revista literaria LA BOLSA DE PIPAS, cuyo editor, Román Piña, junto con Antonio Manilla, Agustín Fernández Mallo y Vicente Luis Mora han tenido la paciencia de antologar a nada menos que 108 poetas españoles en torno a la idea de la casa. Esta antología tiene entre sus atractivos el hecho de que en ella figuran más de 20 autores mallorquines. Os dejo con la lista:


Autores: Juan Carlos Abril, Josep Lluis Aguiló, Francisco Alba, Javier Almuzara, Luis Amézaga, Pedro Andreu, Luis Ansorena, Emilio Arnao, Enrique Badosa, Xuan Bello, Juan Antonio Bernier, Felipe Benítez Reyes, Juan Bonilla, Joana Bonnín, Andreu Prohens, Jose Julio Cabanillas, Enrique Cabezón, Juan Luis Calbarro, Javier Cánaves, Antonio Colinas, Luis Felipe Comendador, Luis Alberto de Cuenca, Juan José Delgado, Jordi Doce, Rafael Espejo, Fruela Fernández, Agustín Fernández Mallo, Miguel Florián, Vicente Gallego, Miguel Ángel Gara, Eduardo García, Pablo García Casado, Jesús García Cívico, Enrique García Máiquez, Luis García Montero, Jorge Gimeno, Isaló Gómez, Jorge Grual, Gabriel Insausti, Víctor Jiménez, Eduardo Jordá, Javier Jover, Xisco Juan, Juan Lamillar, Christian Law, Fernando López de Artieta, Martín López- Vega, Joaquín Lloréns, Antonio Manilla, Jorge Martí, Pablo Martínez Zarracina, Txema Martínez, Pere Joan Martorell, Carlos Marzal, José Mateos, Inés Matute, Elena Medel, Luna Miguel, Pablo Miravet, Eduardo Moga, Federico Monroy, Santiago Montobbio, María José Mora, Vicente Luis Mora, Javier Moreno, Jesús Munárriz, Luis Muñoz, Álvaro Muñoz Robledano, Andrés Navarro, Andrés Neuman, Lorenzo Oliván, José Oliver, Antonio Orihuela, Carlos Pardo, Jesús Payeras, Patricia Peláez, María Ángeles Pérez, José Santiago Pérez Olivares, Ernesto Pérez Zúñiga, Joan Pericás, Paco Piquer, Román Piña, Juan Planas Bennásar, Antonio Portela, Diego Prado, Francesca Pujol, Belén Reyes, Javier Reverte, Jorge Riechman, Antonio Rigo, Antonio Rivero Taravillo, Josep M. Rodríguez, Javier Rodríguez Marcos, José Vicente Rojo, Frederic X.Ruiz, Eloy Sánchez Rosillo, Carlos Suñer, David Torres, Marcos Tramón, Andrés Trapiello, Jesús Urceloy, Ángela Vallvey, Miguel Ángel Velasco, Miguel Veyrat, Jesús Vidal, Carlos Villar, Carlos Vitale, Mauricio Wiesenthal y Jesús Zomeño.



Y también con el prólogo:


Hace ya años, leyendo “Jugar en serio”, de Fernando López de Artieta, se le ocurrió a Román Piña recoger en un libro poemas en los que aparecieran las casas de los poetas. Supuso que no hay poeta sin techo y también que nuestras casas, en algún momento, se habrían colado más de una vez en nuestra obra. Pedir que nos enviasen esos poemas fue en parte un experimento, una comprobación de esa intuición.
Pedimos así a los conocidos que nos escogieran su poema. La mayoría, en efecto, lo tenían ya escrito. Alguno ha querido escribirlo para la ocasión. Muchos ya han sido publicados en su correspondiente volumen, en el libro al que pertenecen. Los hay inéditos. Algunos han sido traducidos por su autor o algún amigo de su original en catalán y asturiano.
La nómina de poetas es el resultado de la acción de tirar de cuatro hilos: el hilo de los autores colaboradores de La Bolsa de Pipas, y el hilo que quisieron tomar Agustín Fernández Mallo, Vicente Luis Mora y en especial, Antonio Manilla, que se responsabilizó de recoger la mitad de estos poemas. Gracias a él la antología tiene el doble de habitaciones.
En pleno proceso de recogida de poemas sobre casas, nos llegó el S.O.S. de los amigos de Vicente Aleixandre, que veían perdida toda su lucha por salvar la casa de nuestro premio Nobel en Madrid, un pedazo de suelo que promete mucho provecho a cualquier promotor que la tire abajo y levante en su lugar viviendas del siglo XXI.
Las casas parecen algo sólido y los escritores, por narices, necesitan normalmente una guarida segura y cálida donde sentarse a trabajar. Es lógico así que la casa se convierta a veces en trinchera y que identifique al autor, como su prolongación.
Pero veremos en estos poemas las casas muy al fondo a veces, simple decorado, casi oculto. Otros poetas las han hecho el centro y la inspiración misma de sus versos. Para alguno incluso la casa es la negación de la vida y de la escritura.
Nos satisface especialmente haber aunado en este libro poemas de autores jovencísimos y desconocidos, y los de muchos otros que ya figuran con mayúsculas en alguna página en la historia de nuestra literatura reciente. Bastantes jamás han sido antologados antes. Lo que todos tenemos en común es que estamos vivos.
Gracias de corazón a todos los que han querido colocar su viga, su tabique o su teja en esta casa.


Y yo le añado: feliz lectura.

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