miércoles, 25 de junio de 2008

Diego Ramos y Grupo- Siete soledades-

Hemos recibido nuestro primer vídeo, que nos ha sido enviado por Josep, que es quien toca aquí la flauta travesera.
¡Muchísimas gracias, Josep! Buen tema este. Muchos éxitos a todos en sus respectivas carreras profesionales.

lunes, 23 de junio de 2008

Este viernes, tertulia de Literarte

El viernes 27 a partir de las 20.30h estaremos en ARCA (c/ Pau, 5) reunidos de manera informal realizando otra tertulia de Literarte en la que continuaremos con la lectura de nuestros cuentos favoritos, ya que la vez pasada gustó tanto. Allí los esperamos con un libro bajo el brazo y muchas ganas de pasarla bien.

sábado, 21 de junio de 2008

Teatro verso mundo, de Chema

De creer en mi perdí necesidad de credos
de creer en tus palabras y en tus hechos
fui actor de la tragedia que pensaste de tu pluma
demasiado joven para ver que un escenario nuevo, en brumas
hereda máscaras talladas de otros cuentos
que el verso no es simple lírica de sonrisas y lamentos
a veces mata silencioso y otras susurrando oídos
y tu quisiste poseerlo, deseaste poder sentirlo
trazar tu firma color recuerdo flores amarillas
te perdió el castaño fuego envenenado de ceniza.

Ahora con humildad vistes mi cuerpo de palabras
niegas la estafa de tus labios mientras portas con descaro
en el hombro flor de lis de la desgracia, reclamas
que cada beso que me diste guardaba un mundo de deseo
no entiendes que yo antes de verdugo he sido reo
y cada poro de mi piel esconde entero un universo.

Que en tu ánfora de plata sólo quedaba la esperanza
y que la esperanza desechada es la vela de mi viento
es el rumor que acompaña esos momentos en que muero
para después saludar la ovación del gallinero.





* Si quieres leer más cosas de este autor, puedes visitar su blog.

lunes, 16 de junio de 2008

Retórica (enviado por Gaspar Marqués)

Presentación del libro de poemas "Amado Amor" de Carmina Fermoselle

El próximo viernes día 20 y a las 20'15h en Literanta, tendrá lugar la presentación del libro de poemas "Amado Amor" de Carmina Fermoselle.
A decir de Antonio rigo, amado amor es "un libro conmovedor tanto por su sencillez y altura poéticas como por su significado claro, verdadero y apasionado. Nada somos sin El Amor y cuanto hemos sido, ahí se encuentra resumido. La voz de Carmina tiene unos ecos limpísimos que van desde Emily Dickinson hasta ese barco de orquídeas que son las poetas chinas".
El Libro está diseñado y maquetado por la excelente artista Dolores Sampol. Lo presentará Antonio Rigo -junto a la autora- y leerán poemas del libro dos habituales y curtidos lectores del Último Jueves: Luis Ansorena y Jorge Espina.

viernes, 13 de junio de 2008

Jose Manuel Caballero Bonald leyendo sus poemas en Àgora

Lectura de Jose Manuel Caballero Bonald en Àgora

El 120 aniversario de Pessoa se celebra con la reedición del ´Libro del desasosiego´

EFE. MADRID. Reconocido como uno de los genios del siglo XX, Fernando Pessoa escribió a lo largo de toda su vida un libro esencial para entenderle, Libro del desasosiego, algo más que un diario, que vuelve a ser publicado por dos editoriales con motivo del 120 aniversario de su nacimiento, que se celebra hoy.Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935) fue en esencia uno, pero al menos cuatro por desdoblamiento, una conciencia poética fragmentaria en diferentes personalidades y un acto creativo que le garantiza ser considerado uno de los poetas "más modernos y auténticos", como reconoce Ángel Campos Pámpano, antólogo y uno de los mayores expertos del poeta.El 120 aniversario del nacimiento de Pessoa, que murió con 47 años y con inmenso legado literario, víctima de una cirrosis hepática (el poeta era un gran aficionado al aguardiente), tiene gran eco en España con las reediciones del Libro del desasosiego, que sacan a la calle Seix Barral y Acantilado.La edición de Acantilado, que se presenta por primera vez traducida íntegramente al castellano, está basada en la que preparó Richard Zenith para la colección de obras de Pessoa que publicó Assirio & Alvim, de Lisboa en 1998. Dicha edición reordenaba el conjunto, mejoraba y corregía algunos textos y aumentaba el volumen de la edición hasta entonces disponible.

jueves, 12 de junio de 2008

Tres de Garrincha

El humorista gráfico cubano Garrincha, autor del divertido blog Entendiendo el caos, me ha enviado estas ilustraciones que ha hecho especialmente para Literarte. Mi más sincero agradecimiento para él. Espero que las disfruten.










Novedades en Àgora




miércoles, 11 de junio de 2008

Emilio Arnao presenta su último libro en Literanta este jueves a las 20h

Mañana jueves y a las 20h en Literanta, tendrá lugar la presentación del último libro de Emilio Arnao "Instantes de Contemplación de Literatura Moderna", editado en Calima.
Estará presente el editor, Javier Jover, y también el autor junto a Emili Sánchez.

martes, 10 de junio de 2008

Recital poético de Jose M. Caballero Bonald en Àgora


Marian F. Moratinos en La Caja Blanca



Defragmentos


de Marian F. Moratinos



Viernes 13 de Junio 2008 – Sábado 09 Agosto 2008


Dirección: La Caja Blanca, Calle Veri 9, Palma de Mallorca 07001, Spain



MAS INFORMACIÓN:
Tel. +34 971 722 364
info@lacajablanca.com
www.lacajablanca.com

lunes, 9 de junio de 2008


Veu a veu. Festival de poesía de Lloseta

DIMECRES 11 DE JUNY
a les 21:00 HORES
hi haurà foc i caliu
en el TEATRE DE LLOSETA
per al FESTIVAL DE POESIA DE LLOSETA!

"VEU A VEU"

Presentació-Recital-Rebatalla entre

ELS PERFILS D'ODISSEU.

ANTOLOGIA DE POESIA JOVE

DE LES ILLES BALEARS (CALAMBUR, 2008)

versus

PEDRA FOGUERA.

ANTOLOGIA DE POESIA JOVE

DELS PAÏSOS CATALANS (DOCUMENTA, 2008)

Presentadors:

ANTONI XUMET

JOAN TOMÀS MARTÍNEZ

Poetes Participants:

PAU CASTANYER

GLÒRIA JULIÀ

EMILI SÁNCHEZ-RUBIO

JAUME C. PONS ALORDA

JOSEP LLUÍS AGUILÓ

MIQUEL BEZARES

ALBERT HERRANZ

PERE SUAU


viernes, 6 de junio de 2008

El Último Jueves de junio. Nota de Antonio Rigo

Querida gente, aquí El Último para Junio.

Junio es una cereza disfrazada de albaricoque, Junio es una blanca luna de fuego y fruta, Junio es una pera que se convierte en mujer, que a la vez se convierte en bruja, en la única e irrepetible noche de San Juan. El Último Jueves quiere encender su anual hoguera de poesía y vino: Poemas del Mediterráneo o el Vino de la Luna. Un recorrido por la voces que han poblado y habitan aún ese prodigioso y cultural mar muestro. Poemas de Jacobo Sureda, de Kavafis, de Ungaretti, de Leopardi, de Pau Riba....por nombrar unos cuantos, en una fiesta que contará con la presencia de una poeta venida de Cuba para instalarse entre nosotros: Ivis Acosta, que nos brindará una lectura de sus poemas con esa voz que contiene la luz y el agua. Todo el grupo del Último estará presente. Será, como siempre, en ese país de libros abiertos y copas encendidas que es Literanta, el próximo jueves día 26 a partir de las 20'30h. Después robaremos el fuego.

jueves, 5 de junio de 2008

Antonio Rigo habla sobre sus últimos libros de poesía

Este hombre es maravilloso. ¡Gracias Antonio!

miércoles, 4 de junio de 2008

¡¡¡ENHORABUENA, ROSA!!!

Nuestra querida amiga y contertulia Rosa Montiel ha sido merecedora de un premio de narrativa corta convocado por una asociación cultural de Montilla (Córdoba) y el ayuntamiento del mismo lugar. El cuento ganador se llama "Marnie" y estamos ansiosos por conocerlo.
Desde aquí le enviamos nuestra más sincera enhorabuena.

Juan Planas habla de su último libro "El bálsamo de la indiferencia"

martes, 3 de junio de 2008

Yayo Álvarez entrevista a Pepe Colubi


El escritor y periodista asturiano Pepe Colubi, colaborador habitual de publicaciones como El Jueves o Cinemanía, presentará el próximo viernes su novela California 83 en la Librería Literanta de Palma. El libro narra las desventuras de un adolescente español en los Estados Unidos de principios de los 80.

Después de varios libros sobre rock y televisión, ¿cómo surge el salto a la ficción?
La idea nació en mayo de 2000. Estaba comiendo con un buen amigo, el escritor y periodista Enrique Bueres, y le conté algunas anécdotas de mi estancia en California. Él me dijo que si le daba forma a esas aventuras podía haber una novela.

¡¿Hace ocho años?!
Bueno, aún tardé un par de años en ponerme a escribir. Al no tener compromiso editorial me lo tomé con más calma de la habitual; la primera versión la terminé a finales de 2003 y a partir de ahí empezó otra novela: encontrar editorial.

¿Cómo llegó a Espasa?
Yo había ido enviando el original a varias editoriales, pero con mucho orden y sin ninguna prisa. La última en rechazarla, por ejemplo, tuvo el manuscrito más de año y medio sobre la mesa hasta que decidieron no editarla; yo mismo me asombro de mi paciencia, o desidia, que ya no sé cómo llamarlo. El año pasado, Espasa me ofreció escribir un libro sobre televisión; acepté gustosamente pero también les comenté que tenía una novela inédita. Me pusieron en contacto con Miryam Galaz, editora de ficción, y enseguida decidió publicarla.

Seguro que nunca le han preguntado cuánto hay de autobiográfico en California 83.
Siempre surge la cuestión, pero es comprensible: sería mucha casualidad que yo haya estado en California en 1983 y que el protagonista se llame Pepe. Me gusta decir que, como los telefilms de sobremesa, la novela está «basada en hechos reales». En efecto, yo viví muchas de las situaciones descritas, pero hay que tener en cuenta que las escribí 20 años después. La memoria es selectiva y caprichosa; seguro que hay cosas que doy por ciertas que poco tendrán que ver con lo que sucedió. Además de eso, hay una serie de personajes y situaciones absolutamente ficticios; mi año en Estados Unidos se parece tanto a la novela como una vaca a un entrecot al foie. Están hechos de lo mismo pero tienen poco que ver. ¿O no?

Antes hablábamos de sus libros sobre tele y rock; ambos están muy presentes en la novela.
Fue uno de los mayores contrastes que yo experimenté al llegar a California. En 1983 sólo teníamos una cadena de televisión en España que no emitía el día entero (la tele matinal empezó en 1986); yo me encontré 35 canales en la tele y uno de ellos era MTV, que apenas si tenía dos años de vida. Además, pude ver en directo a Police, Madness o los Clash, además de bandas de reggae como Steel Pulse o Third World. Yo estaba literalmente en el paraíso.

Usted sí, pero el protagonista de la novela no tanto.
Desde que empecé a escribir decidí potenciar el sentido del ridículo del personaje, de esa forma es más fácil identificarse con su patetismo de andar por casa, esa sensación de vergüenza que todos experimentamos en la vida (sobre todo a los 17 años) cuando estás fuera de lugar y crees que todo el mundo te observa si metes la pata. Es muy gracioso y absurdo visto desde fuera y con otra edad.

Otra de las pulsiones evidentes de la edad adolescente es el sexo.
Por supuesto, pero no sólo de los adolescentes, también de los adultos. Es fácil imaginar la de estereotipos que las películas y series de televisión han ido instalando en nuestro cerebro. A principios de los 80 todavía vivíamos en un país que salía del gris; la idea de adentrarse en un instituto con animadoras saltarinas, taquillas en los pasillos y bailes de graduación sonaba a explorar galaxias lejanas. Y al final te das cuenta que ser adolescente tiene los mismos inconvenientes en cualquier parte del mundo. Las ventajas de esa edad (que son muchas) sólo las aprecias cuando ya eres viejuno.

¿Se siente cómodo escribiendo narrativa? ¿Es California 83 el inicio de una bonita amistad con el género?
Me gustaría ser el nuevo Juan Rulfo; no por su estilo o temática sino por haber logrado la gloria con una sola novela. Cómo sé que eso es imposible, le voy dando vueltas a otras novelas; ahora mismo se me antoja un camino largo y tortuoso, pero las reacciones tan positivas de los primeros lectores me están animando más de la cuenta. Ellos serán culpables de haber creado un monstruo.

EL TREN DE SU VIDA

Por Salomé F. Martínez



A ella cada noche la despierta el bullicio del tren: el chuchuá sobre los rieles y su agudo y estrepitoso silbato.

Dice que justo a las dos de la madrugada, rompe el silencio el pitar aullante , y que luego se demora tanto en la estación, que ella espera su partida, imaginando la gente que lo aborda o desciende, el trasiego de paquetes y hasta los vendedores ambulantes que no descansan siquiera a esa hora.

Espera en su lecho hasta que el tren parte. Primero despacito y acelerando hasta que su pitar se pierde en la noche. Entonces, se queda dormida y en la mañana se siente agotada, como si hubiera corrido todo el tiempo tras él.

Así cuenta un día tras otro, y yo la escucho admirada de su memoria fotográfica, de su aferrarse a una narración detallada y detallosa, como siempre acostumbra.

No importa que lo que relata haya ocurrido 80, 70, 50 años atrás… o sólo cinco minutos antes: ella narra los dimes y diretes, los diálogos exactos entre una o varias personas, con increíble fidelidad.

Cuenta del primer encuentro con el que luego fuera su esposo. Ella, sentada en un taburete en el portal del bohío donde vivía su numerosa familia, escoltada por las bulliciosas hermanas y el enérgico padre.

“Llegó en su caballo, con la guitarra aupada como si fuera un niño. Se bajó de la bestia y saludó a todos con una abierta sonrisa como si nos conociera de toda la vida. Me miró y supe que era él a quien esperaba. Habló con papaíto y de vez en vez, me miraba de soslayo. No nos dijimos ni una sola palabra.

“Días después, llegó furtivamente y hablamos, me preguntó si quería ser su novia y le contesté que sí. Eso fue todo.

“Un mes más tarde, previo acuerdo, me recogió en su caballo y nos marchamos juntos. No nos habíamos dado siquiera un beso en la boca.

“Yo iba vestida de verde con zapatos blancos, y aunque él se empeñó en decir que llevaba una cinta roja en la cabeza, es broma: nunca me gustaron las cintas en el pelo y tampoco me hubiera puesto una de color rojo con un vestido verde”.

Cambia de tema y cuenta del día en que un amigo entrañable la encerró en un baño con una rana, ambas bien asustadas y amigas al final del episodio, y luego sin transición, de la mudada familiar a la casita azul, donde nació su sexta hija.

“Justo a dos cuadras de allí, pasaba la línea del ferrocarril. El tren era un espectáculo para todos. Cuando pasaba el de La habana o retornaba el de Oriente, la estación reverdecía, llena de gente cargada de equipaje, de pregoneros voceando sus matahambres y de lágrimas y alegrías, de despedidas y reencuentros”.

Vuelve entonces al ruido de la madrugada que la mantiene en vela. “Yo creo que anoche ese tren estuvo parado más tiempo del habitual. Oía el ir y venir de los viajeros y el pitazo de arrancada demoró como una hora o más. Estoy exhausta. Voy a dormir un rato”.

Así dice y vuelve su cuerpo de 90 años de cara a la pared.

Y yo la miro y la admiro. Ella vive desde hace muchos años en el centro del Vedado capitalino habanero. La línea de ferrocarril y la estación de trenes están a kilómetros de su casa. Aún así, cada mañana narra al detalle los avatares de la llegada y salida del tren de su memoria.

No la desmiento. Pienso que con ese parloteo, incentiva sus neuronas y su imaginación vuela, no lo sé a ciencia cierta, pero creo que de lo que habla realmente a diario es del tren de su vida, de llegadas y partidas (mas de estas últimas) y de cómo, tras el bullicio, la estación se queda sola y vacía.

Aviu llençaments poètics del CENTRE CULTURAL CAPALTARD

AVUI
DIMARTS 3 DE JUNY
a les 20:00 HORES
A LA SALA D'ACTES DEL CONSELL INSULAR DE MALLORCA
entrada pels JARDINS DE LA MISERICÒRDIA
(VIA ROMA 1 DE PALMA DE MALLORCA)


VICENÇ CALONGE
presentarà els nous llençaments poètics del
CENTRE CULTURAL CAPALTARD:

REVISAR-TE EL NOM
d'Emili Sánchez-Rubio

i

LLIBRE DEL SILENCI
de Jaume C. Pons Alorda


participaran els mateixos autors
llegint/vivint/exaltant
els seus textos
i amb l'aparició estelar del grup

poètic vivencial musical i brutal

LLUNÀTIQUES

que ens deleitarà
amb totes les seves armes èpiques de combat literari!



vos esperam a totes i a tots
DE BON DE VERES
salut i fins prest!

amb gratitud
amor
i poesia

domingo, 1 de junio de 2008

La garra, de Paco Piquer

¿Soy yo, acaso, ese ser desnudo y desgarbado que se halla en mitad de la calle?
La gente me mira, entre sorprendida y escandalizada, pero yo he olvidado el pudor en el mío, ¿cuándo hubo pudor en los sueños?, y busco sus miradas esgrimiendo mi flaca anatomía como un desafío a sus risas, a sus cuchicheos.
La limusina se detiene a mi lado como un suspiro blanco.
Cristales opacos, brillos de espejo que reflejan mi figura nervuda y pálida. Casi estoy a punto de gritar de alborozo.
—Soy yo, soy yo —repito, al reconocerme.
Se abre una de las puertas de la limusina. Una voz femenina me invita a penetrar en su confortable interior.
—Adelante, adelante —susurra.
Dudo, un segundo, una eternidad para quien no atesora más que piel vulnerable.
Está frío el cuero color carmesí que cubre los asientos. Me estremezco al sentir su contacto en mis nalgas, en mi espalda.
Frente a mí, la mujer está también desnuda. Tan sólo un enorme zapato ortopédico cubre uno de sus pies. El resto es bello.
—Ya ves —dice— somos los últimos. El chauffeur va vestido.
Su mano golpea la mampara oscura que nos aísla. El automóvil se pone en marcha, con suavidad, emitiendo apenas un leve ronroneo.
—Te llevo una cierta ventaja —digo mientras miro fijamente la desproporcionada suela de su único zapato—, yo voy descalzo.
—Eres observador —responde—, pero no voy a defraudarte.
Con movimientos lentos dobla su pierna, apoya su pie en el asiento y se desprende del zapato, que cae con un ruido sordo sobre la gruesa moqueta del suelo.
Un pie deforme, monstruoso, como una garra, se muestra ante mis ojos.
—Nadie es perfecto —añade.
Su gesto me aturde, me emociona.
Me arrodillo frente a ella y palpo aquella zarpa inhumana. Acaricio, lamo las uñas curvas y negras de rapaz.
Ella gime, como si un placer inmenso la invadiese. Con su otra pierna rodea mi espalda, atrayéndome hacia su cuerpo. Beso sus muslos, mis labios se entretienen en el oscuro vello de su pubis, en la aureola dorada de sus senos perfectos, en sus labios carnosos y entreabiertos. Responde ella a mis instintos y toma entre sus manos mi miembro erecto y palpitante. Cierro los ojos, y me dejo llevar por la vorágine del deseo absoluto.
Despierto. La boca reseca, la respiración agitada. La habitación a oscuras me invita a cerrar de nuevo los ojos, a recuperar el sueño que aún vibra en mi mente.
¿Soy yo, acaso, ese ser desnudo y desgarbado que se halla en mitad de la calle? ¿Que trata de cubrirse el sexo con sus manos?
—¡Ayúdenme, por favor! —grito a los ociosos que me observan, divertidos y escandalizados, desde las aceras— ¿No ven que estoy soñando?
La gente se vuelve a mi paso, ignorándome. Me dejo caer de rodillas. Suplico.
—¿No ven qué estoy soñando?




* Este cuento pertenece a su último libro "Oniria"

Steps, de Paco Piquer

Las escaleras de Escher no van a ningún sitio. Ni vienen de parte alguna. Suben, bajan, se entrecruzan en ángulos inverosímiles y sorprendentes. Se tiene que estar loco para trepar o descender por ellas; o estar soñando. Como yo. No he terminado el maldito puzzle. Y estoy obsesionado por esas escaleras, definidas sin lógica aparente; que me atraen, que me enloquecen y pueblan mis sueños los últimos días. Ahora camino por una de ellas. Autómatas plateados se cruzan en mi camino mientras asciendo los escalones grises. Me observan como al extraño que soy. Me hablan en un idioma que no comprendo. Me hacen observaciones, indicando puntos inconcretos con sus brazos articulados -¿Por allí? – pregunto, remedando sus gestos. Insisten. Marcándome un camino que no alcanzo a concebir. Alcanzo un rellano y, cuando me dispongo a continuar, la escalera se ha invertido. Estoy boca abajo. Pero no me caigo, las leyes gravitatorias se han olvidado de que existo. Ahora la escalera desciende y ya no son androides plateados los que siguen señalándome la ruta. Enormes escarabajos mecánicos han tomado su lugar. Siento un escalofrío al notar, cercanas a mi cuerpo, afiladas sierras en sus bocas repugnantes. Acelero el paso. Un inesperado muro me impide continuar. Pero, de inmediato, una nueva escalera ascendente se dibuja a mi izquierda, ¿o es a mi derecha? hacia una bóveda virtual suspendida en la altura. Los escarabajos trepan el muro. Yo subo de dos en dos los escalones, hacia una puerta que he adivinado al final de mi confusión geométrica. Una puerta tosca, enorme, cerrada. Empujo con todas mis fuerzas sin resultado. Los autómatas, al fondo del laberinto que he abandonado, me han descubierto. Sus manos, como pinzas, se agitan, animándome a traspasarla. Empujo de nuevo. Ya casi sin resuello, consigo abrir un resquicio en la descomunal estructura. Al otro lado de la puerta el paisaje es distinto. Perfiles cambiantes de nubes en movimiento dibujan un universo blanco y luminoso. Una nueva escalera desciende hacia un fondo que no alcanzo a ver. Escalones de cristal, iluminados por una potente luz azulada, me invitan a continuar. La luz es cegadora a ese lado de mi sueño. Unicornios azules vuelan en bandadas entre los nimbos, ¿o son, quizá, cúmulos? ¿Dónde duermen mis conocimientos sobre naturaleza? Tras de mí, la puerta se cierra con un ensordecedor ruido y, al momento, se oscurece, en un ocaso espectacular, el firmamento que me deslumbraba hacía unos instantes. Desaparecen los unicornios y, en su lugar, pegasos alados que montan los autómatas metálicos que habitaban al otro lado se enzarzan en cruel batalla contra los escarabajos mecánicos que blanden, amenazadoras, sus patas escalofriantes. - ¡Papá! ¡Papá! – Escucho, lejanas, las voces de mis hijos, que saltan sobre mí, agitando frente a mis ojos, aún entornados, el unicornio de Barbie y uno de esos bionicles de Lego de desproporcionadas pinzas lanzadera -¿Vamos a ir al cine? - Despierto dolorido. Me he quedado dormido en el sofá. Mi mujer, con un enorme puzzle de dos mil piezas extendido sobre un tablero, grita victoriosa: -¡Lo hice!, y mira que era difícil, con tantas escaleras. Debía de estar loco el tal Escher y tú no me has ayudado nada. Anda, despierta de una vez y vámonos al cine con los críos antes de que te enrolles con el fútbol.



PRIMER PREMIO CERTAMEN “SUEÑOS” AGRUPACION IGUALDAD
PSOE VALLADOLID 2007.

PUBLICADO EN ANTOLOGIA “ SUEÑOS“
Prólogo de Elvira Lindo

Sueño, de Paco Piquer

Estoy soñando.
Soy el amante de un famoso escritor norteamericano. No, no voy a dar nombres. Revelar identidades en los sueños puede resultar peligroso.
Qué sueño tan extraño. Me dicen que la niña ha crecido. Yo no lo creo. Me enseñan una fotografía ampliada, recortada sobre un cartón. A tamaño natural. Del tamaño que es ahora. ¡Cómo ha crecido!, admito. Cuando voy a acariciarle el pelo, se desvanece.
Hace calor. Estoy sudando.
El perro se ha acurrucado junto a mí y me da aún más calor. Despierto empapado. Y solo.
Por un instante recuerdo el sueño. Un escritor norteamericano. ¡Qué ocurrencia! Anoche me dormí leyendo unos cuentos de Truman Capote. Debe de ser eso.
Una niña albina, de extraños ojos y raros vestidos protagonizaba uno de los relatos. Pero no había ningún perro. Un canario, eso es. Había un canario de nombre demasiado largo: “Mister no sé que…” . Y por la noche le tapaban con una especie de caperuza, por el frío y para que no cantase. La dueña tenía el sueño muy frágil. Pues la niña albina de extraños ropajes y ojos inquietantes conseguía que el bicho, “Mister no sé que…”, cantase con la capucha puesta.
Son las cinco de la madrugada. Voy a darme una ducha e intentaré dormir un par de horas más.
No puedo olvidarme del sueño. El agua corre por mi rostro y no consigo olvidarme del sueño.
Carlos me dijo que él los anotaba. ¿Para qué? No sé. Quizá escribiese un libro. Un recopilatorio de sueños inacabados. Porque los sueños no acaban nunca. Te despiertas y se interrumpen, pero no acaban las historias que estás soñando.
Me pongo una bata. Voy a mi escritorio y enciendo un cigarrillo. Conecto el ordenador. Miro con cariño la foto de la niña que uso como fondo de escritorio. Debe de haber crecido. La echo de menos. Ahora que recuerdo, también ella aparecía en mi sueño. Una foto recortada pegada en un cartón. Vamos, vamos, no te pongas sentimental...
Bien, a lo que íbamos. Clico sobre el icono de Word. Página en blanco: “SUEÑOS”, escribo.
Pienso un poco. Intento recordar con exactitud el que he tenido hace unos momentos: “Soy el amante de un famoso escritor norteamericano. No. No voy a dar nombres. Revelar identidades en los sueños puede resultar peligroso. Me dicen que la niña ha crecido. Yo no lo creo. Me enseñan una fotografía ampliada recortada sobre un cartón. A tamaño natural. Del tamaño que es ahora. ¡Cómo ha crecido!, admito. Cuando voy a acariciarle el pelo, se desvanece.
Pienso. No recuerdo nada más. Tengo sed. Apago el cigarrillo y voy a la cocina. Bebo un vaso de agua. El canario, debajo de la caperuza con que lo cubro todas las noches, se agita. Intuye mi presencia. Le silbo. No responde.
Apago la luz. Me siento de nuevo frente al ordenador. Ese estúpido reloj que da vueltas en la pantalla ha sustituido a la fotografía de la niña que uso como fondo de escritorio. Apenas rozo el ratón, el reloj desaparece.
Sí que son extraños sus ojos. ¿Violeta? No. Es un color distinto, sin nombre. Sólo una niña albina podría tener unos ojos tan amenazadores. Siento un escalofrío.
Apago el ordenador y la lámpara de sobremesa de mi escritorio. A oscuras, regreso al dormitorio. Cuando paso por delante de la puerta de la cocina, el canario canta.



* Este cuento pertenece a su último libro "Oniria"

Presentación de California 83, de Pepe Colubi



A cargo del autor y Yayo Álvarez


Viernes, 13 de junio

20.00 horas

Librería Literanta

Can Fortuny 4A - 07001 Palma (Mallorca)




En 1983, un adolescente español de provincias es enviado por sus padres a California para vivir durante un año con una familia americana y estudiar COU. Sale de un país con una sola cadena de televisión, escasos conciertos de rock y una pesada carga católica para encontrarse 35 canales en la pequeña pantalla, Police o The Clash a la vuelta de la esquina y una contagiosa alegría de pecar. Todo parece encajar con la idea que se había hecho de Estados Unidos a través de películas y series: animadoras en el instituto, reverendos en las iglesias, mosquiteras en las puertas de las viviendas unifamiliares y el Golden Gate en San Francisco. Ha cambiado
Aplauso por la MTV, la pelota en el patio por el surf, la mochila del colegio por la taquilla y el Lib por el Playboy, pero antes deberá adaptarse a las costumbres de una familia metodista, las rutinas académicas de otro país, el uso de una lengua desconocida y la prohibición de beber cerveza por ser menor de edad. No parece muy difícil; sólo tendrá que superar su patológica, obsesiva y embarazosa aversión al ridículo. Bueno, quizá no sea tan fácil.



Más información y avance de la novela en:


http://blogs.plus.es/musicayletra/2008/05/dos-exclusivas.html

David Torres habla de sus últimos libros

Introducción de "El caso del cadáver sonriente", de Paco Piquer

Destacaban en aquel bar del extrarradio; carne de Liceo, Rolex en sus muñecas y Navidades en Baqueira.

Un lío, pensaban los que observaban acodados en la barra cochambrosa.
Pero ellos parecían ajenos a los murmullos que provocaban y a las miradas de reojo de que eran objeto.

—Quiere volver.
—¿Qué dices?
—Una casa en las Bahamas. Un retiro dorado.
—Eso cuesta dinero.
—Quiere joderos.
—¿Cómo?
—La última entrega.
—Lo evitaremos.
—Tengo un plan mejor.
—¿Matarlo?
—No. Creo que tiene un cómplice. O un cabeza de turco. Convendría tener un seguro.
—¿Quién?
—Él. O ella, ya sabes.
—¿Entonces?
—Déjame pensarlo.
—Hablamos.
—Vale.


No le había costado trabajo ligarse a aquel imbécil.
En Barcelona, en cualquier ciudad del mundo, existen lugares donde acuden gentes como aquel tipo buscando la carnaza fácil de las desesperadas.
Ahora él se desnudaba, su ego por las nubes, en la habitación de un motel de carretera.
—No eres de por aquí, ¿verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—El acento. Y apuesto a que eres casado.
—¿Cómo lo sabes?
—El anillo. Y apuesto, también, a que tu mujer no te hace lo que yo voy a hacerte.
La mujer sacó del bolso unas esposas forradas de terciopelo y un pañuelo de seda con el que tapó sus ojos.
El hombre, desnudo sobre la cama, se dejó hacer.
—¿Cómo lo sabes?
—Tus calzoncillos. Dan asco.
La mujer salió de la habitación y cedió su lugar a una mole de ciento veinte kilos y ojos rasgados.
—Es tuyo, Koko.
Desde su BMW plateado hizo una llamada.
—Lo tenemos.
—Lo tengo. Koko está con él.

Desde la habitación, llegaron las carcajadas del representante de mercería.
Era muy chistoso aquel Koko.

 
visitor stats Add to Technorati Favorites