Por Fidel Miranda Lorenzo
El rey de los astros hace que comience un nuevo día y yo doy vueltas para tratar de verla. ¿Dónde dejé las gafas? Hoy necesitaré de ellas, pues en el cielo ninguna nube se decidió a pastar. Todavía es muy temprano para que ella pueda salir. No siempre a esta hora ha roto con las ataduras de su sueño. A propósito, ayer me dormí tarde por la vigilia. Conforme me lo propuse, nada perturbó su descanso mientras no me dormí. Según supe, hoy es día de trabajo, veremos ¿En qué momento aparecen las obreras? ¿Y esa agua? ¡Ah! Don Pedro conectó el surtidor, ya me extrañaba que no hubiese dado de sí.
Tendré que ponerme el sombrero, parece que va a hacer calor temprano... ¡Por ahí vienen! Son muchísimas. ¡La suerte que tengo yo! Hoy he sido el primero en despertarme, en apoderarme del horizonte y en dar el aviso del trabajo. ¿Pero y ella? ¿Dónde está? ¿Qué le habrá pasado? No acostumbra a retrasarse tanto... ¡A mí! ¡A mí! ¡Por favor a mí primero! ¡Es que necesito enviarle un mensaje a mi amada! Tú la más grande, rayada en amarillo y carmelita, ven preciosa... dile que espero por ella, que estaré aquí todo el día... claro que si, puedes tomar de mi todo lo que necesites, solo tráeme la respuesta... la encontrarás enseguida, en los alrededores no hay otra como ella, es la más hermosa, esbelta y lozana. Esperaré también por ti... pero, ¿qué haces? ¡Corre! Ve y búscala. ¡Hasta luego!
Bueno, algo conseguí, ahora a esperar.
...¡Caramba! Lo alto que ya está el sol y aún no tengo respuesta ¿Por dónde andará?...
...Esa se parece mucho a mi mensajera, ¡Si, es ella! Se dirige hacia acá... ¡Qué rápido se mueve! Se nota agitada.
-¿Vienes de muy lejos?
-¡Sí!
-Dime amiga ¿la encontraste?
-Me dio mucho trabajo, pero di con ella.
-¿Hay algún mensaje para mí?
-Por su puesto, iba para una boda.
-¿Una boda?
-Sí, junto con muchas otras.
-Pero ¿cómo es posible?
-Desde temprano andaba en esos menesteres y cuando salí para acá, ella iba en un auto hacia el Palacio de los Matrimonios.
-¿A qué hora?
-A las tres.
-¡A las tres! Que fatalidad la mía, aunque tiempo es lo que sobra, no podré ir.
-¿Por qué no puedes?
-¿Cómo que por qué? No hay forma alguna de reunirme con ella y es muy sencillo de entender, a las orquídeas si las llevan a las bodas, amiga abeja, a los girasoles: ¡no!
Fidel de Jesús Miranda Lorenzo, nació el 17 de octubre de 1959, en Ciudad de la Habana, graduado de ingeniería en explotación del transporte en 1982 en Leningrado, actual San Petersburgo, Rusia. Actualmente trabaja en el sistema de transporte público del Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. De joven su inclinación por la creación literaria le hizo verse implicado en cuanto evento se desarrollaba en las escuelas donde estudió.
viernes, 4 de enero de 2008
El mensaje
Publicado por Ivis en viernes, enero 04, 2008
Etiquetas: Fidel Miranda Lorenzo
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