Entrevista a "El Yoyo", autor de la novela Havana Grafitti

Hace un tiempo publiqué en mi blog un comentario acerca de una novela que acababa de leer y que me había gustado mucho (en realidad me había encantado). Era la historia de mi generación, jóvenes cubanos que hoy están repartidos por todo el mundo, sufriendo los estragos del desarraigo y la nostalgia. El autor de esta historia, un cubano que se hace llamar "El Yoyo", y que tiene un blog excelente titulado: "Jinetero... ¿y qué?" donde publica sus relatos, ha tenido la amabilidad de darme una entevista para el blog de Literarte. Aquí se las dejo, que la disfruten.




• ¿Desde cuándo escribes?

Escribo desde el primer grado. No me fue difícil, aprobé con notas sobresalientes... Ahora en serio. Mi primer relato data de cuando tenía unos 10 años. Fue una tarea que de la escuela que debía tener dos párrafos como mínimo y yo hice dos páginas. Esto me trajo problemas con el resto de la clase, pues la mitad había olvidado hacerla.
Después de eso en la universidad hice muchos poemas. Tú sabes, para ligar vale todo.

• ¿Cómo surgió tu vocación literaria?

Supongo que siempre la tuve, pero me tocó vivir una época en que todo el tiempo hay que dedicarlo a sobrevivir como sea. Mi juventud está marcada por el Período Especial. Por ese entonces, la literatura era en Cuba un mal negocio pues cada minuto había que dedicarlo a buscarse unos pesos para poder comer. A menos que quisieras morirte de hambre claro está, no había tiempo, ni ganas, ni condiciones de ponerse a escribir.
Esta fiebre se desarrolló fuera de Cuba. La soledad me hizo buscar cubanos en Internet y así llegué a Conexión Cubana. Allí hice ciber amigos y participaba en discusiones como las que podría haber en cualquier esquina habanera. Mis respuestas eran kilométricas, pero bien cuidadas y así me propusieron primero una sección de literatura en ese sitio y luego me dieron el Blog.

• ¿Cómo se te ocurrió hacer esta novela y cuánto tiempo te tomó?

En Agosto del 2006, Pancrasia, una colega blogger de Conexión Cubana me alertó del interés que había despertado en alguien del mundo de la cultura en Madrid, mi artículo “Entrevista a un ex jinetero”. Me habló de su interés para hacer una obra de teatro a partir de ella y yo le pedí tiempo para retocarla. Al mismo tiempo dos periodistas españoles que hacían un libro sobre inmigración me pidieron colaboración con anécdotas no publicadas. Rebuscando en el disco duro de mi computadora encontré 27 relatos sin publicar, algunos a medio hacer, otros eran sólo una oración. En vez de responder a uno u otro, pasé los siguientes 9 meses armando un rompecabezas y lograr que no se vieran las costuras. Después viajé a Cuba con ese mamotreto y mi hermano lo hizo trizas. De vuelta a Europa me eché 3 meses más hasta que lo puse a un lado. No creo que la termine jamás, cada vez que le tiro un vistazo cambio algo.

• ¿Cuánto tiene de autobiográfica y cuánto de ficción?

Esta es una pregunta dificilísima. Nunca he sido boxeador, pero viví la crisis de los noventa sin un dólar en el bolsillo y esto casi me deja KO. Vivir fuera de Cuba se ha convertido en una aventura tal, que a veces no sé si las cosas que me vienen a la cabeza las he soñado o las he vivido. He tenido vacilones de competencia, he dado la vuelta al mundo, he comido en la misma mesa que estrellas del rock sin saberlo y preguntándome a qué se debe la gritería fuera. Pero también he sido ilegal y desempleado por varios años. Tuve que luchar para no morir literalmente de hambre, a veces me sirvieron mis estudios, otras tuve que echar mano de mi cuerpo o de mi facilidad de palabras para sobrevivir. He sufrido en pellejo propio la discriminación racial y la Xenofobia, las de verdad, no las de mentirita que tenemos en Cuba.

• ¿Es El Yoyo tan apasionado en la vida real como Carmelo en la novela?

A estas alturas ya estoy retirado y no podía ser de otra manera. A partir de 1990 mi vida se llenó de extremos, de hambre y exuberancia, de amigos y enemigos, de esperanzas y corazones rotos, de “no puedes entrar” y “como usted mande señor”, de militante de la UJC a gusano y de esto último a mariposa. Hoy me dedico a escribir mis reflexiones (como cierto personaje que anda por ahí). Mi Blog está nutrido por esa larga película que ha durado casi veinte años. (lo que no quiere decir que mañana mismo abra otro capítulo).

• ¿Quién es El Yoyo en realidad? ¿Qué hace?

El Yoyo es ese cubano que está en todas partes, el que está sentado en la mesa contigua en el bar y no te deja concentrarte con su hablar alto y con su risa. Soy uno de esos 2 millones de cubanos que andan deambulando por el mundo (o los dos millones), pensando y anhelando. Maldiciendo y bendiciendo al mismo tiempo la vida que le ha tocado vivir.
Hoy trabajo en una empresa americana. Nunca he trabajado en una empresa europea, soy muy feo, o muy viejo, o muy negro, o estoy demasiado bien preparado o todo eso junto. El caso es que los americanos son los únicos que me han dado empleo en Europa. Empecé de cero y me he aferrado a esta empresa, ellos me han dado la oportunidad de hacer carrera. Hoy trabajo en la Oficina de la Presidencia de una Transnacional.

• ¿Piensa salir del anonimato algún día?

Supongo que ese día se va acercando. Pero le he cogido cariño a El_Yoyo.y no creo que “lo mate” nunca. Como dije antes soy uno del montón, sin embargo este personaje ha conseguido muchísimos amigos que me escriben, que me confiesan sus males y piden consejos. Todos los que he conocido en persona me siguen llamando así y eso me gusta.

• ¿Qué personajes te inspiraron a: El Padrino, Gregorio, tu padre?

Padrino existió, se llamó René, era Masón y fue vecino de mi familia en Cuba. Una de esas personas que sólo puede inspirar amor y que todo lo sabe. Cuando mi mamá tenía que dejarnos solos él nos cuidaba y nos contaba historias que iba improvisando en el momento, según viera nuestra cara.
¿Quién no ha conocido a un jefe de Sector hijoeputa llamado Gregorio? Se cuentan por miles en Cuba. Lo mismo con el personaje de “El Padre”. Comunistas rabiosos, ciegos a pesar de que la vida les dice otra cosa los hay a montones en Cuba. Estos me dan lástima, porque no han tenido el valor o la inteligencia de reconocer que su lucha no va a ningún lado. Claro que cuando entregas tu juventud a una causa en la que crees, es muy difícil poder deshacerte de esa carga cuando vas cuesta abajo. Nosotros, la generación presente no recibimos de ellos sueños hechos realidad sino una realidad destruida.

• ¿Cómo fue para ti el proceso de escribirla?

Desde el punto de vista técnico, muy difícil. No soy escritor de carrera. Tuve a veces que comprar libros de técnicas de escritura para estudiar cómo darle la vuelta a un pasaje. Desde el punto de vista de trama fue muy fácil, porque sólo tenía que buscar en el baúl de los recuerdos míos o de amigos.


• ¿Te ha servido de terapia contra la distancia o ha sido aún más doloroso?

A pesar de que en mi Blog escribo como terapia contra la soledad y la distancia, Havana Graffiti la escribí a modo de advertencia. Quizás todo empezó cuando aún estaba en Cuba con una mano atrás y otra delante y de pronto llegaba alguien del norte enseñando gruesas cadenas de oro y relojes de pacotilla; vanagloriándose de lo bien que le iba en sus negocios, de sus carros, de sus casas; ante un público que se debatía en el “qué comeré esta noche”. Oí miles de esos discursos, oí mil veces la frase: de lo único que me arrepiento es de no haberme ido antes.
Bien, pues un día probé suerte yo y todavía me pregunto cómo salí vivo de la prueba. Fui ilegal, pasé hambre, trabajé y no me pagaron y un largo etcétera del que nadie me advirtió.
Por eso Havana Graffiti. Para que la gente que está en la isla sepa que no todo es color de rosas, que las cosas pueden salir bien, pero también pueden salir muy, pero que muy mal. Que hay gente (y no pocos) que han muerto en el estrecho de la florida, o por una sobredosis de pastillas para olvidar que están jodíos u otros que sencillamente han regresado a vivir a la isla porque “se han ido en blanco”. Para advertir.
No niego que el éxito existe como posibilidad. Sólo quiero exponer que también existe la posibilidad del fracaso.

• Todas esas situaciones que le suceden a Carmelo: ¿te las has inventado o han salido de anécdotas?

Havana Graffiti es una autobiografía colectiva. Muchas de esas cosas me han pasado a mí, otras me las han contado los protagonistas. De hecho, estuve acopiando experiencias y al final tuve que prescindir de muchas para que el libro no fuera un mar de lamentaciones.

• ¿A qué te dedicabas antes de escribir?

¿¡Querrás decir en mis ratos libres!? He ahí el problema, antes de darme el lujo de sentarme a escribir, sólo tenía tiempo de luchar para sobrevivir. Fuera en Cuba vendiendo leche en polvo o zapatos o lo que cayera, fuera en el extranjero buscando trabajo, buscando un hueco, tocando puertas de amigos que nunca se abrieron. Hoy mi vida es escribir. Voy por la calle cazando anécdotas o imágenes para mi Blog y no veas cómo me divierto con esto.

• ¿Cómo están las ventas de Havana Graffiti? ¿Te han propuesto editarla ya o continúas buscando editorial?

De hecho he regalado más libros de los que he vendido. Esto me va a llevar a la ruina, pero aunque sea difícil creer, Havana Graffiti no fue escrita con ánimo de enriquecimiento. A pesar de eso he detenido las ventas, pues me he dado cuenta de que cargar con la promoción de un libro es una pincha gigantesca para la que no tengo tiempo. Prefiero seguir escribiendo y paralelamente buscar una editorial que se encargue de esa parte. En este momento estoy esperando respuesta de un agente literario bastante importante, pero estas cosas son lentas y hay que saber esperar. Y si no se da, pues un día cojo el libro y lo parto en 365 pedazos que cuelgo durante un año en mi Blog. ¡Y al carajo!
En todo esto sólo tengo un sueño: verlo en una feria del libro de La Habana. Pero supongo que para ese momento llegue pasará bastante tiempo. Pienso que muchos de los que estamos fuera, si hubiesen tenido la oportunidad de leer en su momento Havana Graffiti, no estaríamos hoy en el extranjero.

• La imagen del sex symbol cubano que has utilizado para tu blog y para la contraportada del libro es una imagen muy atractiva, ¿tienes muchas admiradoras?

Una vez una “admiradora” me dijo por mail que entraba a veces hasta tres veces a mi Blog con la excusa de ver si había publicado algo, pero mentira era para vacilar la foto de portada. Eso es parte del marketing… ja ja. ¿Admiradoras? Pues creo que sí, lo mejor de eso es que a veces cuando me dejan uno de esos comentarios que sólo las cubanas me dejan y que me mueven el piso, suspiro y escribo una historia como “La línea Azul” que puedes leer en mi Blog.
Por suerte, no he llegado a tener la popularidad de “Generación Y”, blog hundido en malas palabras e insultos de “ambos bandos”. La gente que me visita lo hace de corazón; muchos me escriben para pedir consejos de todo tipo o contándome su historia para que la convierta en una entrada de mi Blog.


• ¿Qué ha significado para tí el blog "Jinetero… ¿y qué?"?

Un Blog no es sólo lo que se ve, al menos en mi caso; detrás del telón se mueve un mundo surrealista de mensajes que pa´ qué te cuento: ¿Sabes que hay gente que me ha escrito a mi correo diciéndome que me lee, pero que no deja sus comentarios en un Blog llamado Jinetero… ¿y qué?, porque no se vería bien?

Yo no imaginaba lo apasionante que puede ser llevar un Blog. Lamento no tener todo el tiempo que se le debe dedicar, pero hay trabajo y familia que atender. Escribo de madrugada o mejor dicho, transcribo de madrugada lo que he escrito en mi cabeza durante el día. No sé si esto es un estilo, pero llevar un Blog nada tiene que ver con escribir un libro, se acerca más a repentistas cubanos. Si se hace bien hay que sacar una historia diaria. Y eso demanda un esfuerzo grande. A veces salen, a veces no.
Empecé escribiendo “cosas de cubanos y para cubanos” hoy, pretendo “internacionalizar la intención” de mis escritos; escribir sobre temas universales en los que pueda verse reflejado cualquier persona de cualquier lugar y de cualquier tiempo, aunque lo diga a la manera cubana.

• ¿Qué te gusta leer?

Leo mucho, he leído bastante. Me gustan muchos autores, pero mi gran maestro, a quien a veces encuentro en lo que escribo es Hector Zumbado. A él todo mi respeto.

• Algo para terminar...

Supongo que aquí es cuando deba dedicarle el Blog a nuestro comandante en Jefe.